lunes, mayo 20, 2024
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Grabando en las mazmorras de Sor Juana: el coro mexicano que rescata el legado olvidado de la música del virreinato

Una tarde de inicios de verano, el director Aquiles Morales se reúne con los integrantes de su coro en una hermosa capilla del siglo XVII, convertida en un auditorio que forma parte del complejo de la Universidad del Claustro de Sor Juana, en el imponente centro histórico de Ciudad de México. La reunión de esta tarde tiene un motivo muy especial para el coro: grabarán un disco que reúne canciones del tiempo del virreinato en México, una iniciativa que pretende rescatar un legado musical en muchos casos olvidado. El disco, además, mezclará la música barroca con ritmos modernos, como es el caso del célebre poema Hombres necios, de Sor Juana, que el coro interpreta a ritmo de música electrónica.

Integrantes del Coro durante un ensayo en la Universidad Claustro de Sor Juana.
Integrantes del Coro durante un ensayo en la Universidad Claustro de Sor Juana.Rodrigo Oropeza

La capilla, bautizada Divino narciso en honor a una de las obras más célebres de la escritora mexicana, es una preciosa construcción de estilo barroco, que conserva retablos y pinturas de la época, y que es uno de los pocos vestigios que quedan del convento de la Orden de San Jerónimo, donde Sor Juana Inés de la Cruz permaneció enclaustrada el resto de su vida. Aquí, en la soledad que necesitaba para escribir, creó gran parte de su obra y celebró su libertad, a pesar del encierro. “Vivir sola, no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros”, admitió en sus escritos. Para el director Aquiles Morales no hay mejor lugar para grabar un disco de la música del virreinato que esta capilla, donde un grupo de técnicos han colocado modernos micrófonos que permiten captar la resonancia que tiene la música coral entre estas paredes centenarias.

Morales se define como un director coral ecléctico y dice que no se considera un especialista de la música de esa época de la Nueva España, pero asegura que “el barroco en general me fascina y todo lo que implica, porque es una cosa muy viva”. Es por eso que no dudó en sumergirse en esta aventura musical con el coro formado por Rita Guerrero, vocalista del grupo Santa Sabina, y quien tenía una admiración muy grande por la música barroca. “Rita Guerro tenía la intención de rescatar el repertorio antiguo del barroco mexicano, respetando su esencia. Lo que yo he tratado de hacer es traer este repertorio al presente. Entonces, este disco está alternado con música contemporánea de un compositor que se llama Juan Andrés Vergara. Aquí están entremezcladas la parte novohispana y la música contemporánea”, explica Morales.

El director asegura que el proceso de investigación para dar con las canciones que formarán el disco fue intenso e interesante. Descubrió que había un vasto listado de obras musicales de la época y se sintió abrumado al toparse con tanta riqueza, además, muchas de las piezas a las que accedió son desconocidas y han llevado siglos de silencio en los archivos de México. En el Centro Nacional de las Artes la maestra Bárbara Pérez le puso enfrente lo que este director denomina “la Biblia de la música barroca”, un recopilatorio de centenares de canciones y tras mucho trabajo decidió reunir una docena de piezas que ahora formarán parte del disco. “La selección fue una mezcla entre piezas que casi nunca se han cantado y otra parte de las piezas más conocidas”, comenta.

Aquiles Morales, director del Coro.
Aquiles Morales, director del Coro.Rodrigo Oropeza

Esta tarde de verano el director guía a los integrantes de la agrupación en la interpretación de una de las piezas barrocas. Admite que es una de las más complicadas, porque requiere la coordinación de dos coros, donde un grupo canta una parte de la obra y el otro contesta. Morales mueve sus brazos con una ligereza elegante, como si del vuelo de un ave exótica se tratara. El pavimento arde afuera con el calor veranero, pero aquí dentro estos muros centenarios guardan una temperatura fresca, que permite a los integrantes del coro interpretar de forma más relajada las canciones. Se trata de un grupo de hombres y mujeres jóvenes, entusiasmados con el proyecto en el que participan. “Canto desde pequeña y ya he participado en grabaciones de música coral, en conciertos en vivo, sin embargo, poder ser partícipe de la producción de un disco con el cuidado y profesionalismo con que se ha trabajado este es un sueño vuelto realidad”, dice Lenoska Palma Gámez, integrante del coro. “Para mí es el resultado de un verdadero trabajo en equipo junto a personas que aman la música antigua y sobre todo novohispana de forma sincera. Es un honor poder ser intérprete de la riqueza y el legado que esta música nos transmite, con mensajes que se mantienen vigentes hasta el día de hoy”, agrega.

La grabación del disco de doce canciones está a cargo de Gabriela Méndez, productora artística del proyecto. Méndez ha montado equipos modernos en esta capilla desde un computador supervisa que cada grabación mantenga una alta calidad. Ella sigue cada partitura con mucha atención y marca aquellos puntos de la música que siente que no están bien, para repetirlos. Levanta, además, una bitácora de las tomas que pueden funcionar para la hora de sentarse a editar el producto final. “Me hago cargo de armar la pieza con todo lo que saque de la bitácora e ir pegando los pedazos. Este es un gran reto, porque es música relativamente compleja. Entonces hay que estar atenta a en este caso las ocho voces que están cantando, es necesario ir escuchando con atención todo lo que está sucediendo alrededor”, explica Méndez. La productora dice que cuenta con un secreto personal, una ventaja importante para este trabajo, y es que ella cantó en un momento este tipo de música. “Me ayuda a entenderla, a cuidar si los integrantes del coro están afinados, si están entrando a tiempo, si se entiende todo el texto. Y también estás cuidando que técnicamente hablando esté funcionando todo bien”, dice.

Méndez y su equipo han instalado modernos micrófonos en el auditorio para captar de la mejor manera posible la música. Entre este equipo novedoso está un micrófono digital ubicado en el tejado de la capilla y que es controlado por un software. Esta tecnología permite captar con más “pureza” los sonidos y luego separar la música en diferentes tiempos, lo que da más naturalidad a la grabación, explica Gonzalo Chacho, ingeniero de sonido. “Esta tecnología nos permite grabar de manera muy precisa, pero conservando una coherencia importante. Nos va a permitir jugar y manipular el sonido y hacer una mezcla, pues muy ideal, cosas que antes no se podía más que de manera muy mecánica. Este micrófono no se diseñó para esto y esta es la primera vez que se usa en el mundo de esta manera función”, explica el ingeniero.

Ensayo del coro.
Ensayo del coro. Rodrigo Oropeza

Para Morales, Méndez y su equipo y los integrantes del coro es un privilegio poder usar este escenario del XVII para desarrollar este proyecto. Para todos es como viajar en el tiempo, a aquella época donde la música, principalmente, tenía un fin religioso. “Los compositores componían para los espacios en donde iba a ser interpretada su música, entonces evidentemente es el mejor lugar para grabarlo”, dicen los técnicos. Es como revivir, al ritmo de los brazos del director Morales, una época artística, con sus músicos y coristas, que es uno de los grandes legados artísticos de México.

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